¿Buscas un psicólogo en Ávila?

Cuando afrontamos una situación que no hemos vivido nunca es habitual sentir miedo o ansiedad. Esto es algo normal, no te preocupes.

Nuestro primer objetivo cuando una persona llega a consulta, es trabajar para que se sienta cómoda y establecer la terapia como un lugar de seguridad y confianza.

Si ya has detectado o has empezado a detectar que necesitas un cambio para mejorar o resolver algunas cuestiones de tu vida, ya has dado el primer paso. El siguiente es pedir ayuda.

Esta cuestión necesita atajarse de forma individual. En Contigo Psicología hacemos una evaluación individualizada de cada persona y cada dificultad que determinará la frecuencia con la que acudir a terapia. Al principio, es habitual, tener una sesión semanal o quincenal para luego ampliar el espacio entre sesiones.

Ir al psicólogo es una inversión en salud para mejorar el presente y adquirir las herramientas que también nos ayudarán en el futuro.

De carácter general, cada sesión tiene una hora de duración.

La base del equipo de Contigo Psicología es la corriente cognitivo conductual, que trabaja desde un triple sistema de respuesta: lo que pienso (es decir, nuestro sistema cognitivo), lo que siento (es decir, nuestras emociones) y lo que hago (es decir, la respuesta conductual).

Así, todos nuestros psicólogos están formados sobre una base científica, ya que su metodología de trabajo está validada empíricamente. De la misma manera, los miembros del equipo han seguido formándose en otras corrientes (igualmente validadas) como es la sistémica o la humanista, para poder ayudar de una forma más completa a nuestros pacientes.

En la mayoría de los casos no es necesario elegir a un profesional o a otros. De hecho, el trabajo en equipo es la mejor forma de abordar una dificultad. Es habitual que las personas tengan un tratamiento psicofarmacológico por parte del psiquiatra y asistan al psicólogo para llevar a cabo una psicoterapia.

No existe un número mínimo de sesiones ni una media al acudir a terapia: cada caso es único. Al principio de la terapia, el psicólogo junto al paciente, plantearán unos objetivos terapéuticos. Llegar a ellos no solo dependerá de la problemática ni de la situación contextual, el compromiso de cada persona será clave en la consecución de los mismos.